Tánger, primer contacto con Marruecos
Tánger, una ciudad situada en el extremo norte que me sirve de entrada a Marruecos, un país por descubrir del que me enamoré hace años durante una escapada a Fez, y al que prometí volver y recorrerlo en profundidad.
El segundo centro económico de Marruecos (después de Casablanca) me recibe con su casi un millón de habitantes, su desorden y su actividad diversa: textil, química, mecánica, metalúrgica, automovilística y naval.
En el aeropuerto de Tánger no hay servicio de autobuses, de manera que la única forma de salir de allí es en taxi. Estos tienen unas tarifas fijadas en función del horario. Podrás verlas en diversos carteles donde especifican precios según el hotel al que te lleven. Un negocio.
En mi caso, un golpe de suerte hace que durante mi estancia me alojé en un hotel modesto pero de inmejorable localización, lo cual me facilita enormemente mis movimientos. Mohamed, recepcionista y ya amigo, se pone en contacto conmigo y se ocupa de enviarme un taxi a mi llegada, a un precio económico (15€-150dh) que me lleva a mi hotel. Duermo en mitad de la Medina, con todo el caos que caracteriza al zoco pero en una plaza (Petit socco) con un encanto que me enamora desde un primer momento.
En mi visita a Tánger y en general durante mis viajes, me encanta perderme. Descubrir así la esencia de las ciudades y sus rincones más ocultos se ha convertido en una prioridad, manía o costumbre. Pero por supuesto, leer e investigar sobre los puntos imperdibles de los destinos y conocerlos, no puede faltar. De manera que si vas a Tánger mis recomendaciones, siempre desde mi experiencia y gustos personales, son:
1. Piérdete por su Medina
La Medina de Tánger… te sorprenderá por sus callejuelas, puertas y paredes de colores, alfombras, lámparas y artículos de decoración que rodean todo.
No te cortes y déjate sorprender, piérdete en la dirección que más te llame la atención y descubre pequeños y encantadores rincones, terrazas y cafés ocultos.
Acostúmbrate a que quieran acompañarte. Si estas seguro de que no quieres que te hagan de guía (cualquiera que te vea paseando va a querer ejercer como tal, desde niños hasta adultos o vendedores ambulantes) déjaselo claro desde el principio. Incluso si aún así te siguen haciendo compañía, repite amigablemente de vez en cuando que no necesitas un guía, que solo quieres pasear. A veces se quedarán igualmente y haréis buenas migas, otras acabarán riendo y lo aceptarán. Ojalá en ningún caso la situación de lugar a un enfado o similar (en este viaje no me ha ocurrido pero puede suceder).
2. Descubre su Kasbah
El Kasbah, la ciudad vieja, se trata de una ciudad fortificada en la zona alta de la Medina. Lo encontrarás subiendo las calles y a tu paso verás cafés con encanto, cuidadas terrazas y tiendas de arte que te llevarán hacia unas vistas maravillosas.
Sube hasta el Le Detroit Palace Tánger (punto de reunión de locales y viajeros) y tomate un té con hierbabuena mientras disfrutas de la música en directo y observas la estructura de la ciudad desde las alturas. Por un lado, el entramado de la Medina y su muralla, por otro, a lo lejos, los grandes hoteles europeos frente a la playa. De frente, el mar… donde si está despejado, podrás apreciar la silueta de la costa española.
3. Vive la plaza 9 de abril
Esta plaza es el epicentro de la ciudad. Sirve de entrada al Gran Zoco así como al Boulevard. El tránsito es imparable tanto durante el día como durante la noche. Allí podrás encontrar un antiguo cine (muy importante en su época) y una hermosa mezquita. En un lateral y dirección Kasbah, el mercado. Si la atraviesas y subes, encontrarás el Boulevard y sus calles repletas de tiendas de todo tipo, cafeterías y restaurantes. Y si vas hacia abajo tras la puerta del zoco, entrarás de lleno en la Medina, tan auténtica y llena de vida.
4. Jardines de Mendoubia
Los jardines de Mendoubia se encuentran en el centro de la ciudad de Tánger. Un arco da la bienvenida a una zona verde llena de caminos de piedra que te evade del tumulto y el caos del Gran Zoco, siempre tan lleno de gente. Se trata de una parada donde sorprende encontrar paz y tranquilidad tras visitar la animada Medina de Tánger.
5. Grutas de Hércules
Si tienes tiempo ve a descubrir estas grutas. Se encuentran en el extremo opuesto de la ciudad, a unos 20km de la Medina. La única forma de llegar en esta época es en taxi, de manera que te tocará negociar. Tienen un gran valor arqueológico, y un espacio muy bien iluminado y conservado tras una reciente reforma. Su principal llamativo es que tienen una salida al mar cuyo relieve es el mapa de África invertido.
DÓNDE COMER EN TÁNGER
- Para comer: Le bistrot du Petit Socco. Me encantó su terraza en la plaza que da nombre al restaurante. Sitio con encanto y con vistas al movimiento de la Medina. Cocina marroquí exquisita. Precio elevado en comparación con otros lugares de Marruecos (unos 80-90dh menú).
- Para cenar: Si quieres probar sitios auténticos donde estarás rodeado de gente local, prueba cualquiera de los múltiples locales que rodean la plaza 9 de abril. El ambiente me encantó.
- No te pierdas el Le Detroit Palace Tánger, sube a su terraza y disfruta de las vistas y su música en directo mientras tomas un té.
Estas son mis impresiones y mis imprescindibles de la ciudad de Tanger. ¿Te han gustado? ¿Añadirías alguno más? Mi próxima parada es Rabat. ¿Te vienes conmigo?
Carmen Mantecón
¡Hola! Soy Carmen, la chica que está detrás de esta página. ¡Mil gracias por leerme! Si te ha gustado no dudes en dejarme un comentario por aquí abajo... ¡Estaré encantada de saber de ti! Este blog nace de mi pasión por los viajes, y es que hace ya tiempo que descubrí mi propia fórmula de la felicidad: ¡viajar! Desde entonces, lo hago siempre que puedo, y aquí encontraréis algunos consejos y experiencias sobre mis aventuras. ¡Bienvenidxs!
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