Penang
No se cómo voy a hacerlo, pero ya sea con mis palabras o con las fotos, necesito conseguir trasmitir la sorpresa que Penang ha sido para mi.
Esta isla unida a el resto de Malasia por un puente de 13 kilómetros de largo (amantes de la arquitectura moderna, no os lo perdáis) es conocida por su George Town, declarada patrimonio de la humanidad, y por ser la ‘capital gastronómica’ del país, juntando en sus apenas 300 kilómetros cuadrados comunidades malayas, chinas, indias y europeas, y cada una aportando su sabor.
Pero Penang, uno de los lugares más fascinantes y sugerentes del continente asiático, es mucho más que eso.
Como dije en otra ocasión, de Malasia me ha sorprendido su multiculturalidad, y en Penang, como no podía ser de otro modo, coexisten culturas diferentes, razas diferentes, gastronomías diferentes, y diferentes maneras de ver la vida.
Sin embargo, esta pequeña ciudad ha sabido mantener su esencia asiática. En Penang las culturas se acercan, se rozan… pero no se mezclan. Los malayos, han optado por aceptar la cultura de aquellos que vinieron para quedarse en lugar de imponer la suya, pero siempre conservando su propia identidad.
Y es que visitar Penang es viajar a varios países de una sola tacada. Tan sólo tendrás que darte una vuelta y observar sus típicos mercados callejeros, el ambiente del barrio chino con sus carritos de noodles y templos con grabaciones de dragones mitológicos, compartiendo calle con pequeños, lindos y modernos rincones de carácter más occidental, para después sorprenderte con los colores olores y sabores de Little India, con sus pulseras tintineantes… Y todo ello logrando una mezcla perfecta, sin desentonar.
Aquí una iglesia ortodoxa, a unos metros, una mezquita llamando a la oración… y por todas partes, señoriales edificios de blanco inmaculado, huella (¡cómo otras tantas!) del colonialismo británico.
Por no hablar del Clan Jetties, esas casitas flotantes donde familias chinas viven unidas y exponiendo su vida a cualquier visitante…
Pero si hay algo por lo que apuesta Penang, algo que lo impregna todo, que te robará para siempre el corazón y que llena sus calles, es el ARTE. Y es que Penang es una ciudad que INSPIRA.
En Penang… las paredes hablan, y piden ser escuchadas. No gritan, no interrumpen, tan sólo están dispuestas a contarle su historia a quién se atreva…
En Penang… el arte ha calado en sus gentes, en sus barrios, en su día a día. El poder de la imaginación está a flor de piel, y cualquier esquina te puede sorprender.
En Penang… se han impuesto la creatividad y el ingenio, y todo ello de mano de las autoridades. ¿Cómo es posible?
En Penang… te planteas de donde vienes. Ese país tan desarrollado, tan primer mundo, colmado de adelantos y libertades. Ese país en el que en realidad reina el “está prohibido”, “eso no lo puedes hacer” o “ahí no puedes estar”.
En Penang… paseas por la calle con una mezcla de admiración y envidia que termina transformándose en pena al pensar en lo atrasados que nos estamos quedando en ese país tan primermundista del que venimos.
En Penang… se te agudizan los sentidos, te sientes libre y quieres quedarte a vivir.
Carmen Mantecón
¡Hola! Soy Carmen, la chica que está detrás de esta página. ¡Mil gracias por leerme! Si te ha gustado no dudes en dejarme un comentario por aquí abajo... ¡Estaré encantada de saber de ti! Este blog nace de mi pasión por los viajes, y es que hace ya tiempo que descubrí mi propia fórmula de la felicidad: ¡viajar! Desde entonces, lo hago siempre que puedo, y aquí encontraréis algunos consejos y experiencias sobre mis aventuras. ¡Bienvenidxs!
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